miércoles, 21 de marzo de 2018

La salud mental: un obstáculo persistente en la lucha contra VIH

A pesar de los grandes avances médicos logrados hasta el día de hoy, todavía existen brechas significativas en las fases de la cascada de servicios de atención del VIH. Los problemas de salud mental, incluyendo los problemas derivados del uso de sustancias, provocan una gran carga de comorbilidad en las personas con el VIH en todo el mundo, además de ser más prevalentes entre las personas infectadas que entre la población general. El abordaje de la salud mental es un elemento clave para poner fin a la epidemia del VIH y la consecución del objetivo 90-90-90 de ONUSIDA para el año 2020. Ésta es la principal conclusión de una de las presentaciones que tuvo lugar durante el transcurso de la 25 Conferencia sobre Retrovirus e Infecciones Oportunistas (CROI 2018), celebrada recientemente en Boston (EE UU).

Entre los adolescentes y adultos jóvenes con el VIH, más del 60% tiene algún tipo de problema de salud mental. Aproximadamente el 50% de las personas con el VIH cumplen los criterios diagnósticos para uno o más trastornos mentales o problemas de abuso de sustancias, lo que se asocia con resultados subóptimos en el tratamiento del VIH, como por ejemplo el inicio tardío de la terapia antirretroviral y el retraso para alcanzar la supresión viral.

La relación entre los problemas de salud mental y el VIH es bidireccional. Por un ladolos síntomas depresivos y de ansiedad pueden derivarse del hecho de vivir con una enfermedad crónica pero también experimentarlos previamente puede constituir un factor de riesgo para adquirir la infección (véase La Noticia del Día 24/02/2017). Las respuestas psicológicas negativas frente al diagnóstico del VIH, la progresión de la enfermedad, el estigma asociado y la pérdida de apoyo social, así como la respuesta inflamatoria crónica al VIH contribuyen a elevar las tasas de problemas de salud mental entre las personas con el virus. En EEUU, la prevalencia del VIH entre las personas con una enfermedad mental grave es entre el 2 y 6% mientras que entre la población general es del 0,5%.

El deterioro de la salud mental contribuye al aumento de las conductas de riesgo, el retraso o la ausencia de pruebas del VIH e inicio de la atención, a una menor retención en la atención especializada, a retrasar el inicio del tratamiento antirretroviral y a la falta de adherencia al mismo. Por el contrario, tener una buena salud mental se ha asociado con una mejor salud física en una variedad de enfermedades crónicas.

Según un estudio llevado a cabo en seis ciudades de EE UU que contó con 4.295 hombres gais, bisexuales y otros hombres que practican sexo con hombres (HSH) cuando concurren diferentes condiciones como síntomas depresivos, consumo excesivo de alcohol, uso de estimulantes, policonsumo de sustancias y abuso sexual infantil la probabilidad de seguir negativo al VIH disminuye de manera significativa a medida que aumentan el número de estos factores.

En el contexto de la profilaxis preexposición (PrEP, en sus siglas en inglés), la depresión se asocia a unas conductas sexuales de mayor riesgo y una menor adherencia lo que sugiere que el cribado y tratamiento de la misma pueden ser clave para maximizar la eficacia de esta estrategia preventiva.

En la cohorte prospectiva de mujeres con y sin el VIH del Estudio Interagencias sobre VIH en Mujeres (WIHS, por sus siglas en inglés) de EE UU que cuenta con 858 mujeres, se halló que la sintomatología depresiva crónica se asoció a un riesgo de mortalidad 3 veces mayor en aquellas mujeres que toman tratamiento antirretroviral y de 7 veces más en aquellas que no toman el tratamiento en comparación con aquellas que se encuentran recibiendo el tratamiento pero que no presentan síntomas depresivos.

Desafortunadamente, el estigma hacia los problemas de salud mental y la discriminación de las estructuras sociales, las políticas y la legislación da como resultado una disparidad entre los servicios de atención de la salud física y mental, con una menor disponibilidad, accesibilidad y calidad de los servicios para estos últimos. Por ello, la integración de los servicios de detección y tratamiento de los trastornos de salud mental y abuso de sustancias en los entornos de atención del VIH es una estrategia prometedora para mejorar los resultados de la salud mental y el tratamiento del VIH entre las personas que viven con el VIH, incluyendo los entornos con recursos limitados.

El tratamiento de los problemas de salud mental y las intervenciones en el apoyo a la adherencia tienen un efecto aditivo para las personas con el VIH afectando positivamente los marcadores de salud asociados a la infección, así como mayor eficacia en el uso de la PrEP entre las personas seronegativas al VIH, reduciendo la depresión y ansiedad y, en última instancia, aumentando la calidad de vida.

Si bien persisten importantes desafíos para satisfacer la alta demanda, especialmente en los entornos con recursos limitados donde el VIH es más prevalente, abordar las comorbilidades de salud mental (es decir, la detección y el tratamiento) en el contexto de la prevención y la atención del VIH es esencial para lograr resultados óptimos a lo largo de la prevención y el tratamiento del VIH.

Según los expertos, es posible que dispongamos de las herramientas biológicas para poner fin a la epidemia del sida, pero no podremos alcanzar este objetivo si no abordamos las comorbilidades de salud mental entre las poblaciones más vulnerables.


Para aquellos de ustedes viviendo con el VIH, hablen con tu médico sobre la salud mental o encuentren un centro de salud que puede asistir. En Madrid, ven al Centro LGBT Madrid en Lavapiés para hablar con nosotros y construir un red de apoyo. 


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jueves, 15 de marzo de 2018

COLEGAS Centro LGBT de Madrid celebra maratón de pruebas rápidas del VIH por el Día de la Mujer

El pasado miércoles 14 de marzo el Centro LGBT de COLEGAS Madrid llevó a cabo su segundo maratón de pruebas del VIH del año 2018 (el primero fue el día de los enamorados) pero esta vez orientado a las mujeres en conmemoración del Día Internacional de la Mujer celebrado unos días antes, el 8 de marzo, y que en Madrid fue particularmente reivindicativo con una manifestación multitudinaria de medio millón de personas a favor de la igualdad de la mujer con respecto al hombre.

 El colectivo de mujeres es de especial interés para la prevención del VIH ya que a pesar de que aproximadamente el 30% de las nuevas infecciones son en mujeres, apenas el 15% de quienes se realizaron la prueba rápida en 2017 fueron mujeres, lo cual refleja que todavía persisten algunos prejuicios como que "el VIH es más de los hombres".

 El equipo de voluntarios de COLEGAS Madrid salieron a las calles del céntrico barrio de Lavapiés para informar del maratón y atraer a mujeres y ciudadanía en general a su Centro LGBT, en especial, para hacerse la prueba. A pesar de la lluvia intermitente se lograron hacer en un día 15 pruebas y más de 40 consultas de información y repartición de material preventivo.


lunes, 12 de marzo de 2018

El VIH y unos riesgos aumentados del sistema cardiovascular

Dos estudios presentados en la Conferencia sobre Retrovirus e Infecciones Oportunistas (CROI 2018), que está siendo celebrada esta semana en Boston (EE UU), han mostrado un elevado riesgo cardiovascular en personas con el VIH. De hecho, las enfermedades cardiovasculares serían la principal causa de morbilidad y mortalidad en este grupo poblacional.
El primero de los estudios, que fue llevado a cabo con la colaboración de una cohorte danesa de personas con el VIH, evaluó el impacto de la infección así como de diversos otros factores, sobre el desarrollo de enfermedad arterial periférica (EAP). La EAP se diagnostica fácilmente con el índice tobillo-brazo (ABI, en sus siglas en inglés), obtenido mediante la medición de la presión arterial en dichas áreas anatómicas.
En el estudio participaron un total de 908 personas con el VIH y 11.106 personas no infectadas que actuaron como controles (seleccionados para que tuvieran características demográficas similares).
Las personas con el VIH -en comparación con las seronegativas- tenían una menor prevalencia de hipertensión arterial (48% y 61%, respectivamente; p <0,001), pero un mayor impacto del tabaquismo (28% y 13%, respectivamente; p <0,0001) y de claudicación intermitente -un dolor en la pierna al contraer el músculo de origen vascular- (4% y 2%, respectivamente; p <0,0001).
Los investigadores diagnosticaron enfermedad arterial periférica en el 12% de las personas con el VIH y en solo el 6% de aquellas no infectadas (p <0,0001). Tras ajustar los resultados en función de diversos factores el riesgo de EAP en personas con el VIH era aún de prácticamente el doble del observado en aquellas no infectadas (cociente de probabilidades ajustado [CPa]: 1,7; intervalo de confianza del 95% [IC95%]: 1,3-2,3; p= 0,0002).
En el estudio se detectaron diversos factores no vinculados al VIH que incrementaron el riesgo de padecer EAP: tener una edad más avanzada, ser mujer, el tabaquismo, la hipertensión, tener insuficiencia renal o tener claudicación intermitente .
El segundo de los estudios analizó el riesgo de desarrollo de placas coronarias en integrantes del Estudio Multicéntrico de Cohortes del Sida (MACS, en sus siglas en inglés). Las placas coronarias son depósitos de colesterol y calcio, entre otras sustancias, que se forman en los vasos sanguíneos y pueden obstruirlos y dificultar el flujo sanguíneo, lo que puede conllevar consecuencias graves tales como angina de pecho e infarto de miocardio.
El estudio MACS, iniciado en 1983, incluye a más de 7.000 hombres gais, bisexuales y otros hombres que practican sexo con hombres (HSH) de EE UU -con o sin el VIH- que de manera bianual completan evaluaciones de salud y conductuales con el objetivo de estudiar los efectos de la infección por el VIH sobre la salud. Los 409 participantes (253 de los cuales tenían el VIH) realizaron un total de dos angiografías coronarias (una al inicio del estudio y una segunda tras una mediana de 4,5 años).
Respecto a aquellos sin el virus, los hombres con el VIH tenían una menor presión arterial sistólica, mayores niveles de glucosa en ayunas y unos menores niveles de colesterol HDL, el conocido como "colesterol bueno". Los participantes con el VIH llevaban en tratamiento antirretroviral una mediana de 9 años y el 81% tenía carga viral indetectable.
La mediana del volumen de las placas coronarias era de 33mm3 tomando todos los tipos de placa en general y de 27 mm3 tomando las placas peligrosas no calcificadas. Durante el seguimiento, el 78% de las placas aumentaron de volumen, el 20% se mantuvieron estables y el 2% experimentaron regresión.
Al comparar hombres con o sin VIH se observó que entre los hombres con el VIHla mediana del volumen de las placas coronarias aumentó en 36,16 mm3 y en hombres sin el VIH lo hizo en 30,75mm3 .
En hombres de etnia no negra, tener el VIH duplicó el riesgo de progresión de las placas (CPa: 1,97; p= 0,04), independientemente de los niveles de CD4, de tener o no carga viral indetectable y de los niveles de CD4 nadir Estas relaciones no se observaron en hombres de etnia negra .
Los resultados del presente estudio apuntan hacia un riesgo significativamente superior de desarrollo de placas coronarias en hombres con el VIH al observado en aquellos no infectados, como mínimo en aquellos de etnia no negra.
De esta manera, estos estudios proveen evidencia para una corelacción entre el VIH y riesgos para la salud cardiovascular, específicamente en el tabaquismo, el enfermedad arterial periférica y en el desarrollo de placas coronarias. 






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miércoles, 7 de marzo de 2018

Las mujeres y el VIH: una investigación sobre la transmisión distinta del VIH en las mujeres

En el espíritu de la semana de la mujer, necesitamos tener en cuenta que el VIH también afecta a las mujeres. Aquí discutamos los resultados de un estudio que exploró un factor que puede aumentar el riesgo de transmitir el VIH en mujeres: la composición de la flora vaginal. 

Las mujeres representan cerca del 60% de las nuevas infecciones por el VIH en África subsahariana debido tanto a factores sociales y estructurales como biológicos. Entre estos últimos, la vaginosis bacteriana –una infección causada por el crecimiento excesivo de ciertas bacterias en la flora vaginal–podría estar contribuyendo a la transmisión del VIH y a la carga desproporcionada de infección por el VIH en las mujeres subsaharianas. Sin embargo, existe poco conocimiento sobre las bacterias específicas que podrían estar detrás de la relación entre la vaginosis bacteriana y la infección por el VIH.


La presencia de ciertos tipos de bacterias en la flora vaginal se ha asociado con un mayor riesgo de infección por el VIH entre las mujeres africanas. Éste es el principal resultado de un estudio publicado recientemente en la The Lancet Infectious Diseases.

Utilizando el índice de Diversidad de Shannon –una herramienta que permite medir la diversidad bacteriana– un equipo de investigadores de la Facultad de Medicina de la Universidad de Washington hallaron, como era de esperar, que la puntuación era significativamente superior en las mujeres con el VIH que en las mujeres seronegativas (mediana 1,3 frente a 0,7, respectivamente; p=0,03).

De las 20 bacterias identificadas para análisis posteriores, se halló que 7 tenían una relación dependiente de la concentración con el riesgo de adquirir el VIHParvimonas tipo 1 y 2; Gemella asaccharolytica; Mycoplasma hominis; Leptotrichia/Sneathia; Eggerthella tipo 1 y Megasphaera.

De entre las siete bacterias se halló que la presencia de Parvimonas tipo 1 y Gemella asacchrarolytica fueron los mayores predictores de infección por el VIH, también comúnmente presentes en la vaginosis bacteriana.

Los resultados del presente estudio sugieren que tanto la presencia como la cantidad de estas bacterias podrían ser una fuente importante de inflamación y de riesgo de VIH en las mujeres de África subsahariana.

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Fuente: gTt-VIH Noticia del Día 22/02/2018

martes, 6 de marzo de 2018

COLEGAS conmemora el día de la lucha contra la homofobia en el fúlbol y en el deporte desde el Consejo Superior de Deportes


El pasado 28 de febrero COLEGAS celebró el día de la lucha contra la homofobia en el fútbol y en el deporte en la sede del Consejo Superior de Deportes, máximo organismo del gobierno español para la promoción del deporte profesional.

El acto contó con la presencia y las intervenciones del presidente de COLEGAS, Francisco Ramírez, el Director General de Deportes del Consejo Superior de Deportes, Jaime González Castaño, representantes de la Liga Española de Fútbol Profesional y el Director de Deportes y Juventud de la Comunidad de Madrid, Javier Orcaray.

En en acto se reivindicó la necesidad de seguir luchando para lograr normalizar la diversidad sexual dentro del fútbol y el deporte en general así como aplicar sanciones más duras y ejemplarizantes contra los comportamientos y agresiones homófobas, de la misma manera como se hace con el racismo o la xenofobia.

En el auditorio del Consejo Superior de Deportes, donde tuvo lugar el acto y las intervenciones también se presentó una exposición gráfica llamada "Fútbol y Visibilidad LGBTI" que documenta los casos de futbolistas que de manera valiente y ejemplar han salido del armario y expresado abiertamente su orientación sexual. Esta exposición itinerante será llevada a diferentes espacios deportivos de la Comunidad de Madrid para sensibilizar a la sociedad sobre el respeto y la tolerancia a la diversidad sexual, también en el deporte. Puedes ver la exposición de manera digital en:

http://www.colegas.lgbt/campanas/deporte-2018/#1518710886121-3b857bc2-7b81