martes, 19 de marzo de 2019

Se muestra seguro y eficaz el tratamiento antirretroviral inyectable de administración mensual

Sería de especial utilidad para personas con problemas de adherencia o personas dependientes.

Dos ensayos clínicos de fase III presentados en la 26 Conferencia sobre Retroviruse Infecciones Oportunistas (CROI 2019), que se celebró la pasada semana en Seattle (EE UU), han concluido que la combinación de antirretrovirales inyectable formada por el fármaco en investigación cabotegravir y rilpivirina (Edurant®) sería segura y eficaz en una pauta de administración mensual.

La llegada de nuevas pautas de administración puede ser una buena noticia para muchas personas con el VIH. En concreto, la combinación inyectable cabotegravir/rilpivirina de administración mensual –que también está siendo evaluada con pauta bimestral– ya mostró grandes niveles de aceptación entre sus potenciales usuarios en un estudio publicado tiempo atrás. Estudios previos de fase II ya mostraron buenos niveles de eficacia y tolerabilidad tanto en la administración mensual del tratamiento como en la pauta bimestral, con tasas de indetectabilidad viral a las 48 semanas superiores al 90% en ambos casos.

Una vez superada la fase II de investigación, en la CROI 2019 se han presentado los resultados de dos ensayos clínicos de fase III: ATLAS, que evaluó en uso de inyecciones mensuales de cabotegravir/rilpivirina en personas que venían de un tratamiento estándar previo eficaz (gracias al cual mantenían indetectable su carga viral) y FLAIR, que investigó en uso de cabotegravir/rilpivirina inyectado mensualmente en personas con el VIH sin experiencia en tratamientos.

En ambos estudios, cabotegravir y rilpivirina fueron administrados por separado, en dos inyecciones intramusculares preferiblemente en las nalgas. Por tratarse de inyecciones intramusculares es necesario que sean administradas por enfermeras. La práctica totalidad de los participantes en ambos estudios tuvieron una buena adherencia y acudieron mensualmente a recibir las inyecciones dentro del periodo de 7 días que se les proporcionaba para cada nueva administración.

El estudio ATLAS contó con la participación de 616 personas con experiencia en tratamientos. Un tercio eran mujeres, dos tercios de etnia blanca y una cuarta parte de etnia negra. La mediana de la edad era de 42 años. Los participantes llevaban en tratamiento antirretroviral una mediana de cuatro años, todos tenían carga viral indetectable y la mediana del recuento de CD4 era de 653 células/mm3.
Como tratamiento previo, la mitad de los participantes tomaban tratamientos basados en inhibidores de la transcriptasa inversa no análogos de nucleósido (ITINN), un tercio tomaban inhibidores de la integrasa y el 17% tomaban inhibidores de la proteasa (IP). Todos ellos fueron distribuidos aleatoriamente a continuar con su terapia estándar o pasar a recibir la nueva formulación de administración inyectable.

Para reducir riesgos de eventos adversos tales como la hipersensibilidad, el primer mes de tratamiento con cabotegravir/rilpivirina fue a través de comprimidos por vía oral y de toma diaria –así, de existir un efecto adverso existiría la posibilidad de interrumpir de inmediato, algo que no es posible en inyecciones mensuales, en las que los fármacos siguen todo el mes actuando si aparece un evento adverso–.

Tras 48 semanas de tratamiento, solo el 1,6% de los participantes con la formulación inyectable y el 1,0% de quienes siguieron con su tratamiento inicial tenían carga viral detectable. El 92,5% de las personas con la formulación inyectable y el 95,5% de aquellas con régimen oral tenían carga viral indetectable tras un año de tratamiento, cumpliendo los objetivos de no inferioridad.

Tres personas que recibían la formulación inyectable experimentaron fracaso virológico. Todas tenían el subtipo A del VIH-1 y mutaciones de resistencia a ITINN o a inhibidores de la integrasa.

El estudio FLAIR incluyó a 556 personas con el VIH sin experiencia en tratamientos. Algo más del 20% eran mujeres, tres cuartas partes eran de etnia blanca y el 18% eran de etnia negra. La mediana de la edad era de 34 años. Al inicio, una quinta parte de los participantes tenían una carga viral superior a 100.000 copias/mL. La mediana del recuento de CD4 era de 444 células/mm3.
Todos los participantes tomaron un tratamiento inicial con dolutegravir/abacavir/lamivudina (Triumeq®) durante 20 semanas. Finalizada dicha fase, fueron distribuidos aleatoriamente a continuar con Triumeq® o pasar a tomar la formulación inyectable cabotegravir/rilpivirina (que, como en el estudio anterior, se inició con un mes de toma oral de los fármacos antes de pasar a la formulación inyectable).

Como en el caso anterior, las tasas de detectabilidad viral a las 48 semanas fueron bajas (del 2,1% en el grupo con tratamiento inyectable y del 2,5% en el grupo con Triumeq®). El 93,6% de las personas con tratamiento inyectable y el 93,3% de aquellas con Triumeq® tenían carga viral indetectable a las 48 semanas cumpliendo, como en el caso anterior, con el criterio de no inferioridad.

Tres participantes, que como en el caso anterior tenían subtipo A del VIH-1, experimentaron fracaso virológico y tenían VIH con mutaciones de resistencia.

En ambos estudios se observó que los niveles de cabotegravir y rilpivirina en sagre se mantenían dentro del umbral terapéutico durante todo el estudio, de forma similar a lo observado en formulaciones orales de administración diaria.

El tratamiento inyectable fue, en general, seguro y bien tolerado. Solo se observaron efectos adversos graves en uno de los participantes de FLAIR y ninguno de los de ATLAS. No se dieron casos de hipersensibilidad o toxicidad hepática. En ambos estudios, la tasa de interrupción del tratamiento inyectable por efectos adversos fue del 3%.

Las reacciones en el punto de inyección fueron frecuentes (entre el 20 y el 30% de los participantes las experimentaron). Dicho efecto adverso se daba sobre todo al principio del estudio y era de intensidad leve a moderada, con una duración de unos 3 días. Cuatro personas de ATLAS y 3 de FLAIR interrumpieron el tratamiento por causa de este efecto adverso.

Los investigadores también evaluaron la satisfacción de los participantes con el tratamiento inyectable, hallando que aquellas personas con el tratamiento inyectable presentaban un mayor grado de satisfacción con su tratamiento que los que seguían pautas estándar de administración diaria por vía oral. Más del 97% de los participantes de ambos estudios que respondieron a la encuesta de satisfacción manifestaron preferir la formulación inyectable a las formulaciones tomadas por vía oral.

Detras de estas preferencias se encontraría el hecho de no tener que preocuparse por la adherencia a diario e incluso no tener que pensar en el VIH a diario, por lo que, además de una nueva alternativa terapéutica, la formulación inyectable podría ofrecer beneficios a nivel psicológico a algunas personas con el VIH.

Fuente: Aidsmap / Elaboración propia (gTt-VIH).
Referencias: Swindells S et al. Long-acting cabotegravir + rilpivirine as maintenance therapy: ATLAS week 48 results. Conference on Retroviruses and Opportunistic Infections, Boston, abstract 139 LB, 2019.

jueves, 7 de marzo de 2019

EL PACIENTE DE LONDRES: Un posible segundo paciente curado de la infección por VIH

Resultado de imagen de paciente de londres


- Se trata de un paciente diagnosticado en por infección de VIH en 2003, que se ha convertido en el segundo del mundo en remitir el virus, después del conocido como 'paciente de Berlín' en 2009.

- Los líderes del trabajo descartan por el momento hablar de "curación" del VIH apelando a la prudencia, pero se muestran optimistas sobre el hito alcanzado por abrir la puerta a descifrar mecanismos que intervienen en la curación.


Un paciente de Londres ha protagonizado el segundo caso del mundo de remisión del VIH sin antirretrovirales después de año y medio sin tratamiento contra el virus, tratándose nuevamente de "algo único y muy especial", como destaca la coautora del estudio Maria Salgado.

El trabajo, que publica 'Nature', ha sido liderado por un consorcio internacional coordinado por el IrsiCaixa -impulsado por la Generalitat y la Obra Social La Caixa- y se basa en el caso de un paciente diagnosticado por infección de VIH en 2003, que se ha convertido en el segundo del mundo en remitir el virus, después del conocido como 'paciente de Berlín' en 2009.

Pese a que los líderes del trabajo descartan por el momento hablar de "curación" del VIH apelando a la prudencia, se muestran optimistas sobre el hito alcanzado por abrir la puerta a descifrar mecanismos que intervienen en la curación, destacan el director del IrsiCaixa, Bonaventura Clotet, y el investigador Icrea Javier Martínez-Picado.

La historia del 'paciente de Berlín' ha desencadenado una década de debates intensos en la comunidad científica internacional con decenas de intentos frustrados de replicar una nueva curación, teniendo en cuenta que "actualmente, el VIH se puede tratar, pero no se puede curar", recuerda Martínez-Picado, del IrsiCaixa.

Así, el paciente alemán se ha convertido en "piedra angular" para la consecución de este nuevo logro liderado por el University College de Londres y realizado en el marco del consorcio internacional IciStem, coordinado por la institución catalana.

Trasplante células de cordón

El paciente de Londres fue diagnosticado en 2012 de un linfoma de Hodgking, por el que se sometió a un trasplante de células madre de cordón en 2016, y se da la circunstancia de que las células del donante tenían una mutación, llamada CCR5 Delta 32, que impide la entrada del virus en las células diana del VIH, tratándose de "algo similar" a lo que vivió el paciente de Berlín, aunque con algunas diferencias.

Después de 16 meses de la operación, los médicos interrumpieron el tratamiento antirretroviral del paciente de Londres: "No hemos sido capaces de captar virus en su plasma 18 meses después", celebra la investigadora.

El trasplante podría provocar un retraso de la aparición del virus, aunque el donante no tenga la mutación que impide la entrada del virus, pero en entre tres y cinco meses, como mucho, el paciente vuelve a registrar carga viral, explican los investigadores.

Diferencias y similitudes

Ambos pacientes comparten "grandes similitudes" como una enfermedad hematológica grave por la que requirieron un trasplante de células madre, si bien también se dan diferencias como el hecho de que el paciente alemán paró el tratamiento justo después del trasplante, mientras que el de Londres lo hizo 16 meses después del mismo.

En el caso del paciente de Berlín se realizaron dos trasplantes, mientras que en el británico solo se produjo uno, y, si en el primer caso, el paciente contaba con dos copias del citado gen mutado -algo que se creía clave-, en el segundo no existían y ha funcionado.

"Remisión total del virus"

Ello confirma que la historia del paciente de Berlín "no fue una simple anécdota y que es posible conseguir una remisión total del virus", asegura Martínez-Picado, que junto al resto de investigadores ha descartado que someter a trasplantes de este tipo a los pacientes del VIH pueda ser una solución, y evidencia que es una estrategia cara, complicada y con muchos riesgos.

Todos ellos han incidido en la importancia de no banalizar una intervención quirúrgica de estas características, que registra una tasa de mortalidad de casi el 50%.

"Por el hecho de superar los 18 meses estamos más cerca de la curación", ha celebrado el investigador Icrea, que ha observado que la prevalencia de dolencias hematológicas en pacientes con VIH es más alta que en el resto de la población, pero antes del trasplante suelen darse estrategias de quimioterapia, trasplante autólogo y, luego, se busca un donante externo.

Trasplante de 38 pacientes con VIH

El consorcio que coordina el IrsiCaixa ha incluido desde 2014 el trasplante de 38 pacientes de VIH que debían someterse a un trasplante de células madre a causa de una enfermedad hematológica, y 19 de ellos han superado el año después del trasplante, pero a ninguno de ellos se le ha suspendido la terapia antirretroviral.

Clotet subraya la significación del trabajo por arrojar nuevos datos sobre cómo eliminar el reservorio viral, principal causante de que el VIH no se pueda erradicar: "Demostrar que se reducen progresivamente estos escondites del virus en el organismo será crucial para confirmar que estamos aplicando las estrategias correctas para la curación".